martes, 4 de enero de 2011

u n g u s a n o

un, dos, cien
gusanos
breves y pardos
extenuados por tanto roer
han acabado
con lo mío.
nudos de bicho que encuentra alimento
cola y cabeza
cabeza y boca
el hambre del que no distingue
que
ese
era
mi
alimento.
es oscura la habitación de las lombrices
es húmeda la piel de mi cuerpo
es verde lo que era antes, lo que hemos roto, lo que hoy triste.
maldición.
ésta es la poesía que no debía escribir.